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El Papa, ese beneficiado por el estado.

Papa si o Papa no. Pues no con mis impuestos. Es decir se están haciendo constantes recortes en el desaparecido estado del bienhestar y por otra parte se asignan cantidades millonarias en recibir al dignatario religioso cuales serían muy necesarias para bajar el deficit del estado peligrosamente en quiebra.
No se discute si es necesario para ciertos sectores de la población que necesitan algo para su sustento anímico pero que sea costeado por esos sectores y nunca por un estado que se define como laico.
Todo el potencial del poderosísimo sistema cristiano amparado por nuestro estado converge en una demostración de poder de convocatoria, todo son ayudas, todas las diócesis de todo el Mundo unidas perfectamente sincronizadas para decir al Mundo que la juventud tiene fé.
¿Cuántos millones? ¿Cuantos millones no comparten esa idea?
-Amigo mío- decía un célebre pensador. - Lo importante es lo que no se dice.